Y es que ayer estuvimos intentando cambiar una bombilla del coche. Siempre os decimos, que hay que leer el manual, pero con las prisas, las pocas ganas y demás, al mirar el manual, no supimos entenderlo y acabamos llendo al taller para que nos la cambiasen.
Luego, ya con la bombilla puesta, más tranquilos, volvimos a leer el manual y la verdad es que estaba clarísimo, había que quitar una pieza para poder acceder al faro, pero antes no lo leímos y además, en el taller, tampoco lo sabían, así que cambiaron la bombilla como pudieron. Como no nos gustó cómo daba la luz, siguiendo el manual, lo volvimos a desmontar y a poner como dice el manual, alumbrando perfectamente.
La verdad es que el taller, nos contaban que los coches de hoy, sobre todo Renault, comprimen tanto el espacio, que hay que desarmar medio coche para hacer pequeñas cosas. Pero claro, nuestro coche es un alemán y los alemanes, además de preocuparse de meter en poco espacio muchas cosas, también se ocupan que se pueda acceder a todo. Y así lo constató el manual.
Por lo que la moraleja de esta entrada es que ¡leáis el manual!
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