A más de uno nos cuesta empezar de nuevo de la semana, ¿por qué? Las razones son innumerables, y cada uno tendrá las suyas. Pero a la mayoría, lo que nos cuesta, es tener que hacer lo que otros digan y cómo ellos digan, sin más.
Eso hace que, lo que podría ser un trabajo agradable, donde tu opinión se tiene en cuenta, donde a todo el mundo se le trata por igual, se convierta en una rutina insoportable, que aburre.
Esto es lo que ocurre, casi en todos los sitios, por lo que la productividad de los empleados baja alarmantemente. Para mantener motivado al personal, hay que escucharle, hay que darle el trabajo que pueda interesarle, hay que subirle las responsabilidades, pero también el sueldo, respaldarle en sus decisiones, ayudarle en las que se equivoque. En definitiva, trabajar en equipo de verdad, pero es algo que parece imposible.
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