La cantidad de correo, entre basura, útil, informativo, bromas y demás que se acumula en vacaciones es directamente proporcional al tiempo que estás fuera.
Si se mira con detenimiento ese correo, a la vuelta de vacaciones, es curioso ver la cantidad de correos que recibimos al día, y con ello, la cantidad de tiempo que se pierde.
En muchos casos, se abusa del correo, ya que muchas veces, llamando al interesado y haciendo el arreglo se tardaría muy poco, pero ahora el correo es el que manda. Es la excusa perfecta para muchos. Si preguntas: "¿Tienes ya acabado el plan?", te contestarán "Mandé un correo para que me diesen un dato que necesito, estoy esperando".
Por lo tanto, el correo electrónico es cierto que ayuda, pero a veces entorpece hasta el extremo.
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