El otro día hicimos limpieza de algunos armarios, en los que guardabamos muchas cartas, de las de toda la vida, con su sello, alguna postal, las que tienen fotos por un lado y la carta, propiamente dicha, por el otro.
Es curioso, como antes era complicado ponerse en contacto con los demás, la carta era uno de los medios más extendidos para contar cualquier cosa, para enviar fotos de las vacaciones, etc. Ahora la cosa ha cambiado, se mandan correos electrónicos, con fotos, presentaciones PowerPoint y un sin fin de cosas que antes, simplemente no era posible.
La diferencia es que antes las cartas se guardaban, ahora los correos electrónicos, no siempre, muchas veces los leemos, vemos los archivos adjuntos y los borramos. ¿Por qué es más facil borrar un correo electrónico, que tirar una carta? Quizá porque el correo electrónico es algo más impersonal, lo que hace que no tenga tanto valor. Al fin y al cabo la carta era algo personal del que la escribía, era su letra, la forma de escribir cada una de las letras, no hay una letra del alfabeto escrita igual por dos personas, eso la hacía más entrañable.
Nuestra opción, ha sido tirar muchas de esas cartas, de igual modo que lo hacemos con el correo electrónico. ¿Cuál elegís vosotros?
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