Esto es lo que ocurre, cuando en una compañía hay un exceso de mandos hasta el que diseña una web. Lo ideal es que el responsable del diseño, esté muy cercano al que hace la petición. Pero en el modelo de empresa actual, no es así. Normalmente el cliente hace una petición a su departamento de informática, que suele ser un directivo de su compañía. Ese directivo le pasa la petición al directivo de la empresa de servicios que tiene contratada. Aquí, volvemos a iniciar el peregrinaje, se pasa esa petición al directivo del área responsable del desarrollo, que se lo pasa al responsable del equipo de desarrollo, que se lo pasa al analista, que al fin, en el mejor de los casos llega al diseñador. Todo esto se puede complicar mucho más, si metemos por medio departamentos de diseño previos. Al final, normalmente se obtiene un producto, que poco tiene que ver con lo que el cliente quiere.
Nosotros seguimos apostando, por lo menos en informática, por modelos más sencillos, que acerquen al cliente, las personas que diseñarán el software. Así la pérdida de información será menor y el resultado mucho más satisfactorio. Lo que resume muy bien esto es la historia que ya publicamos de El Remero.
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