El título de esta entrada viene al caso que nos ocurrió ayer. Estábamos pasándolo muy bien con unos amigos, y uno dijo: "¡ahi va!, si son las 22:30", claro, al día siguiente todos trabajábamos y como tenemos que cumplir un horario, pues a casa se ha dicho.
Esto nos hace incidir de nuevo en la necesidad, por parte de las empresas, de relajar horarios y conceder al empleado la potestad de organizarse el tiempo. Probablemente hoy rindamos menos, ya que ayer nos cabreó el hecho de tener que estar hoy a las 9:00 trabajando. Es más, a alguno le cabreará el hecho de tener que madrugar, a otro tener que salir a las 19:00. En fin, que si las empresas, relajasen el horario y pusiesen objetivos alcanzables a sus empleados, su productividad subiría en tal proporción, que se preguntarían porqué no haberlo hecho antes.
Seguimos convencidos que es una utopía, pero no por ello vamos a desistir en el empeño de dar a conocer nuestra postura y lo importante que sería para estos tiempos de crisis tener a los empleados contentos y dándonos productividad.
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