Y es que nos grita todo el mundo. Si quieres saber tu clase social, sólo tienes que ver quien te grita. Si te das cuenta, que en el trabajo, como con quien trabajas es el cliente, siempre tiene razón y te grita. Que vas al médico y como es el que te tiene que curar, te grita. Si cambias de operador y lo que quieres es hablar por teléfono, te gritan (estos en estéreo, del que sales y al que vas). Si es la constructora, que te vendió la casa, a la que vas con un problema, te grita. Tu, simplemente, vas agachando la cabeza, aguantando gritos. Eso demuestra, que esté donde estés, eres el último mono, da igual que seas cliente, o que seas el proveedor, siempre te gritarán, lo que corresponde a una clase social baja.
Pero esto puede cambiar, ya que puedes denunciar. Hazlo con ganas, a todo el que te grite. Lo más probable, es que te grite menos gente, empieces a tener más autoestima y con ello, empieces a subir de clase social, ya que la clase social, no te la da el dinero, si no el que tengas algún derecho, no sólo deberes. Pero para obtener esos deberes, lo suyo es denunciarlo.
Os dejamos el enlace de la Junta de Arbitraje de la Comunidad de Madrid, donde podrás presentar tu denuncia sin moverte del ordenador (si tienes certificado digital), y pueden mediar, antes de llegar a juicio, entre el denunciado y tu. Úsala, es tu derecho.
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