Las máquinas nos ayudan, en nuestra vida cotidiana, a hacer las cosas con más eficiencia. No podemos decir que hacen las cosas mejor, ya que lo único que hacen es automatizar procesos, pero si que siempre las hacen igual, siempre que respetes su forma de uso.
Un ejemplo de esto son las máquinas de lavado de coches. Lavan el coche, por fuera, y no lo dejan mal. Pero claro, tienes que respetar las normas de uso, como quitar la antena, elementos frágiles que sobresalgan del coche, etc... De no respetar las normas de uso, los sensores que manejan la máquina pueden fallar, haciendo que ocurra algún problema en el vehículo que se está limpiando.
Con esto, queremos hacer incapié de nuevo de la importancia de leer las instrucciones, comprenderlas y aplicarlas. Si te saltas cualquiera de estos pasos, en cualquier circunstancia de la vida, da por hecho, que lo que sea que estés haciendo saldrá mal.
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