Es curioso el nombre que se les da a los edificios modernos, inteligentes nada menos. Su inteligencia supone que se enfrentan a las condiciones ambientales, creando un clima dentro de los mismos, similar, siempre, pero nada más lejos. Resulta que te quedas helado o achicharrado, todo depende del sitio donde te toque.
¿Cuál es la razón para que esto pase? Nosotros creemos que no es por la idea, que es buena seguro, sino, por la ejecución de la obra. Bien sea por ahorro de componentes, de materiales o soluciones de última hora, para salir del paso, hace que al final, si hace frío en un sitio, es porque en otro hacía calor, y para calentar al friolero, hay que achicharrar al otro.
La verdad es que las ideas, suelen ser buenas, de hecho muy buenas, pero el que piensa, no suele pensar en el coste y es al momento de implantar, cuando se recorta, dando como resultado, que la idea queda en idea, no se aplica correctamente.
Por eso, creemos, que se debe trabajar en conjunto, tanto el que piensa, como el que paga, para llegar a una solución, viable. Esto no sólo se aplica al ejemplo del edificio inteligente, sino a cualquier cosa que se desee hacer, que ofrezca innovación y necesite dinero.
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