Normalmente, cuando una empresa quiere hacer un mail a muchos clientes, empleados, proveedores, etc... suele hacer una carta prediseñada, con una serie de huecos que serán rellenos de una base de datos. Esas cartas se ensobran y envían.
Lo que hay que tener es mucho cuidado al diseñarla y con la base de datos que la alimenta. Es muy fácil cometer fallos y quedas fatal cuando al destinatario le llega una carta, que para el, no tiene ni pies ni cabeza.
Algo así, les ha pasado a los del Canal de Isabel II, cuando haciendo unas mejoras en la red de abastecimiento de unos pueblos, han enviado, una carta tipo con el mensaje de uno de los pueblos a otro. El encabezamiento era, estimado cliente y vecino, con la cabecera del ayuntamiento y la firma del alcalde, pero de un pueblo que no tiene nada que ver con el del destinatario, lo que hace que el Canal de Isabel II, quede mal.
Y queda mal, porque es un cúmulo de fallos. El que redacta la carta tipo, el que decide de donde alimenta los datos, el que lo verifica y por último el que da el visto bueno para su envío por correo. Estas cosas, muchas veces, se externalizan y como se quiere pagar poco, por mucha calidad, lo normal es que saques la calidad de lo que pagas, esto es escasa.
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