Después de un par de duras semanas para el cuerpo, comidas, cenas, compras, acabaron las fiestas y volvemos al trabajo. Es duro, pero mientras no podamos jubilarnos, no queda otra.
Como ya dijimos es un año complicado por la escasez de fiestas. Además el volver a la rutina, a la burocracia del trabajo, incluso a aguantar jefes y compañeros, de tu equipo o de otros puede hacer que sea más complicado aún.
Pero hay que pensar, que al menos, en los tiempos que corren, tenemos trabajo y eso es una suerte. Disfrutaren la medida que podais.
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