El título de esta entrada representa a todos aquellos, en las empresas, que cuando sucede un problema, corren pasillo arriba y abajo, con el móvil en la oreja, normalmente dando voces, porque hay que arreglar el problema.
Resulta, que los problemas, por lo general, se arreglan trabajando, no corriendo, ni molestando a los que lo intentan solucionar, preguntándoles cada 3 minutos, que cómo van.
Pues bien, esta especie, existe en casi todas las empresas y suelen ser más cuanto más alto subas en el escalafón jerárquico. Por eso en España, tenemos un pésimo nivel de dirección, ya que suelen ser directores, los pollos sin cabeza, que más gritan. Una pena sin lugar a dudas.
Cuando aparece un problema, la responsabilidad de la dirección es facilitar, a quien es capaz de resolverlo, su trabajo. Esto es, poner en contacto departamentos, ayudar a que los procesos sean más ágiles que de costumbre, etc... Pero normalmente ocurre lo contrario, van como pollos sin cabeza, incordiando a aquellos que están trabajando y no ayudando de ninguna manera. Afortunadamente, no pasa siempre, pero el alto porcentaje de empresas en las que pasa es de preocupar.
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