Muchas veces pensamos que nos faltan horas en el día, para hacer lo que queremos. Mucha culpa la tiene el trabajo, tan necesario y esclavo a la vez. Pero cuando el problema no es de horas, sino de días, tenemos un problema de no manejar correctamente nuestro tiempo.
Nos explicaremos mejor, queremos tener un buen trabajo, hacer las cosas de casa, salir con los amigos, estar con la familia, viajar, formar una familia, en fin, demasiadas cosas, que todas nos ocupan demasiado tiempo, por lo que llegar a todas a la vez es imposible, la única manera de hacerlo, sin sentir que nos faltan horas, es priorizando. De ese modo, dejarás de hacer unas cosas, porque no son importantes, para hacer otras, sin que las que dejamos de hacer nos hagan sentirnos culpables de algo, que, al fin y al cabo, ese sentido de culpabilidad es el que nos causa el agobio.
La vida es corta, por lo que hay que intentar disfrutarla con lo que tenemos y disfrutar cada minuto, si pensamos demasiado en lo que tenemos que hacer, sin hacerlo y sin disfrutar lo que hacemos, nos agobiaremos y lo pasaremos mal. Haz lo que tengas que hacer en el momento que tengas que hacerlo y no te preocupes del resto.
Nos ha salido una entrada un tanto filosófica, pero es que llevamos un inicio de semana Santa un tanto ajetreado, con un montón de cosas que teníamos pendientes desde hacía mucho tiempo.
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