Pues si, tanto en la vida personal, como en la empresarial, hay personas que están excesivamente obsesionadas con las horas. Es cierto, que ser puntual, controlar las horas que empleas en ciertas cosas, en general un cierto control de las situaciones es muy bueno, lo malo es cuando se convierte en una obsesión.
En la vida personal, hay personas, que desayunan a las 9:00, comen a las 14:30 y cenan a las 21:30. En el momento en que no cumplen esos horarios, prepárate, porque si estás cerca, sufrirás las consecuencias. En el trabajo, un exceso de obsesión por tener controlados a los empleados y en qué gastan el tiempo que les pagas, puede llevarte al desastre.
Y es que un poco de control, controla y un exceso, descontrola. Lo mismo que controlar el acceso a según que cosas, desde el trabajo, mejora el rendimiento y dejar a los empleados, acceso, a lo que quieres que vean, lo empeora.
Ya lo hemos dicho otras veces, las personas, con un poco de presión trabajamos mejor, pero con excesiva presión, dejamos de hacerlo y bajamos mucho el rendimiento. Es la misión de los directivos, encontrar ese equilibrio, para poder hacer de su empresa, una gran empresa.
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