Ayer leímos en el periódico El Mundo, que para volver a cambiar la velocidad máxima en las carreteras a 120 Km/h, Fomento ha decidido pegar pegatinas sobre las anteriores, ya que cuesta mucho quitar las de 110 Km/h.
A parte de la tomadura de pelo, que es para el contribuyente este exagerado gasto (230.000 € las de 110 Km/h y más o menos lo mismo, volver a 120 Km/h), lo primero que pensamos fue, que lo suyo era tener las señales digitales, de manera que el coste de cambiar las velocidades no sea tal. Claro, que nada más venirnos a la cabeza esa idea, se nos vino a la cabeza el desastre de políticos de este país y sus grandes ganas de recaudar, por lo que correríamos el riesgo de que sincronizasen las señales de límite de velocidad con los radares, de manera que de un día para otro, o varias veces al día, por donde pasas a 50 Km/h, dos horas después sea, 30 Km/h, al día siguiente 60 Km/h y así, según vean cómo sube la caja. Con este último pensamiento, quizá nos salga más barato lo de las pegatinas.
Bromas a parte, señales inteligentes, es lo que deberíamos tener en este país, e irlas cambiando paulatinamente por las viejas más deterioradas. Es cierto que el coste es mayor, pero también se podrían regular de manera que a ciertas horas, esté permitido ir más rápido que a otras haciendo un tráfico fluido más tiempo al día.
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