El título tan rimbombante que tiene esta entrada, es lo que en las empresas que desarrollan software llaman, al traslado de una idea, a su representación material en un producto software, por simplificar.
Cada empresa tiene sus propios procesos, que acompañan, durante la vida del proyecto, al software. Se supone que esos procesos, garantizan que el software llegue al usuario en condiciones óptimas. Pero no siempre es así.
Las razones para que no se así, son simples. Se define un ciclo de vida, se comunica a los implicados, se burocratiza y cada implicado tiene una parcela y sólo una, que tiene sus tiempos y sus hitos. En la mayoría de las empresas, al prevalecer esos tiempos e hitos individuales, sobre el tiempo en que tiene que implantarse el software, hace que sea bastante difícil cumplir los plazos globales.
Según lo vemos nosotros, los tiempos deberían ser globales y cada implicado, debería tener responsabilidad sobre un porcentaje del tiempo global. De esta manera, si el que necesita el software ajusta el tiempo global, todos los implicados se verían ajustados, en su porcentaje. Sin embargo, en la mayoría de las empresas, el tiempo que se ajusta, suele ser el del que desarrolla, que por lo general es el que más trabajo tiene, por lo que es muy difícil, cumplir un ciclo de vida a tiempo y con la calidad que se busca.
Por otro lado, como la responsabilidad del software, siempre cae sobre desarrollo, cualquier fallo en el producto final, se le suele achacar a desarrollo, lo que hace que sea el departamento que más presión recibe. Para evitar esto, las responsabilidades, deberían depurarse en cada departamento y si algo básico, ha pasado por todos por alto, no es que desarrollo no haga su trabajo, es que no lo ha hecho ninguno en la cadena, por lo que habría que hacer responsable a todos los implicados, cosa que no suele ocurrir.
Como conclusión, los planes, en papel, quedan preciosos, pero es necesario que se persigan en cada área y no siempre en la más débil, para asegurar la calidad que persigue, ese ciclo de vida.
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