No es raro ver en las empresas, muchos empleados que ven claro un problema, pero los que lo tienen que resolver, no lo ven (o no lo quieren ver).
Esta entrada denuncia, una vez más, el desastre de directivos de los que gozamos en España. Una y otra vez, hasta el último becario, ve que en la empresa, las cosas necesitan un cambio. En unos casos será, disminuir la burocracia, en otros, hacer caso al que sabe, o cualquier solución que con un poco de sentido común, pondría fin a algún problema detectado.
Pero claro, este es el desastre que denunciamos, los directivos, si dicen algo que no vaya en consonancia con lo que otros directivos dicen, ven peligrar su ascenso y se dedican a aplicar cacicadas, que lo único que consiguen es retrasar lo inevitable.
Al final, ocurre lo de siempre, la pelota explota y pilla al que pilla, que al final carga con toda la responsabilidad. A nosotros nos recuerda al juego de la patata caliente, que se pasan unos a otros, hasta que uno, se quema.
Pero lo peor, es que en el camino, por lo general, se pierden grandes profesionales, que hartos de ver cómo, lo que ellos dicen, se cumple y nadie hace nada. Así como otros, que además de decirlo, lo intentan cambiar y esos directivos, suelen cortarle la cabeza, para evitar que corten la suya.
Esto sólo fomenta, que el nivel de dirección siga en caída libre. Esperemos que algún día alguien, tenga el valor de aplicar, lo que le dicen los expertos de verdad y se de cuenta, que si te apoyas en gente profesional, sacarás adelante, mucho mejor, tus proyectos.
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