Y es que no nos damos cuenta, pero cuando pensamos en hacer algo en casa, las empresas se aprovechan de ciertos momentos. Por ejemplo, ahora no es buen momento para poner una chimenea, pero sí lo es para un aire acondicionado. La razón es sencilla, aires acondicionados ya no se venden y chimeneas si.
Lo mismo ocurre con las chapuzas, ahora no es momento de ponerse a modificar el circuito de calefacción por tu cuenta, ya que seguro que te pilla el frío, con la reparación a medio hacer. Ahora, igual que en el razonamiento anterior, cacharrea lo que quieras con el aire acondicionado, que tienes algo más de nueve meses para terminar.
Si esto lo trasladamos a la empresa. Cuando un proyecto está empezando y tienes tiempo por delante, puedes andar pidiendo planificaciones, presupuestos y demás. Ahora bien, como eso mismo lo hagas, cuando prácticamente no tienes tiempo para hacer el proyecto, deja las planificaciones y ponte a trabajar.
La verdad es que en España somos así, dejamos las cosas última hora y luego nos extrañamos, que las cosas nos cuesten más, que no estén terminadas a tiempo. Todo es cuestión de hacer, lo que dice el título de esta entrada, las cosas a su debido tiempo.
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