El Martes cumplieron los 15 días que nos dijeron para solucionar el problema del teléfono, sólo llevamos dos meses con él. Les hemos dado de tregua un para de días más por aquello de que teníamos alguna fiesta entre medias.
Obviamente y aunque nos hicimos ilusiones al tener un número de incidencia, los operadores (dos, a la primera sería como que te toque la lotería), no tenían ni idea de lo que era la incidencia, ni la solución a aplicar. Es más, en la segunda llamada, nos asegura la persona que está al otro lado que se encargará personalmente de llamarnos, le advertimos que ya nos dijeron lo mismo unas ocho veces y nunca llamaron, por lo que reiteró, le doy mi palabra que le llamaré. Pues bien, no han vuelto llamar, como esperábamos.
Por lo tanto, mucho nos tememos que esta será la última llamada que hacemos a Movistar, nos quedaremos sin el número que teníamos hace 36 años (que se dice pronto) y disfrutaremos del nuevo. Este es el servicio que ofrecen las operadoras de este país (porque Movistar no es la única que lo hace, siendo uno de los servicios más caro de Europa.
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