Cuando un cliente se vuelve excesivamente exigente, pueden ocurrir dos cosas, que los que trabajan con él, dejen de hacerlo, o bien, que los que trabajen con él, simplemente le den de lado. Y es que ser exigente en cuanto al dinero se trata, puede traer muchas consecuencias.
Hay muchas empresas, que prefieren pagar el valor de lo que compran y otras, que lo que hacen es obligar al que les vende a asumir sus precios. Este último caso, es común en muchas empresas, tienen el poder de exigir a sus contratas unas condiciones y las contratas, sólo tienen dos opciones o asumirlas o dejar de ses contratas suyas.
En caso de dejar las empresas que aprietan así, no es un problema muy grande, ya que simplemente dejas de cobrar el dinero y te quitas un dolor de cabeza. Ahora bien, en caso de asumir las condiciones, el que se va a llevar la peor parte es la empresa que manda, ya que la subcontrata, por el margen de beneficio que va a obtener, es muy probable que no se esfuerce tanto, por lo que procurará hacerle poco caso. Este poco caso, lo que traerá son perfiles de cualquier manera, esto es, perfiles que no valen para lo que se pide y además, el personal que trabaje allí, se sentirá desesperanzado, ya que, por lo general, su empresa le hará poco caso y por tanto rendirá meno.
Así que si vais a contratar algo, procurar que os vendan lo que necesitáis, de manera, que tengáis un buen servicio y la gente que llegue esté a gusto, de otro modo, obtendrás empleados que no necesitas y además disgustada mientras trabaja, por lo que dejará la compañía en breve.
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