En muchas ocasiones, cuando estamos trabajando, no nos queda más remedio que hacer lo que hemos dicho en el título de esta entrada, adaptarnos al medio. ¿Por qué decimos esto? Pues simplemente, porque cuando nos acomodamos en una manera de hacer las cosas, todo lo tenemos controlado y en el momento en que nos lo cambian, nos parece un mundo, ya que todo lo que hacíamos de una manera, ahora hay que hacerlo de otra.
Si lo pensamos fríamente, esa adaptación, nos lleva poco tiempo, porque como suelen cosas que repetimos mucho, las primeras cuestan y luego se nos hace muy sencillo seguir con el nuevo método, por lo que no deberíamos tener excusa.
Pero ¿qué ocurre, cuando la adaptación, es demasiado frecuente? Lo que ocurre, es que no nos hemos adaptado a la nueva forma de hacerlo y tenemos otra nueva, por lo que nunca lo haremos lo suficientemente bien y con ello, alargaremos los plazos, por poca eficiencia del personal.
Por lo tanto, es bueno innovar y por parte del personal, es necesario que se adapte a nuevas formas de operar, con cierta rapidez, pero en lo que no debemos caer, es en que los cambios sean excesivos, porque la eficiencia que aportará la nueva herramienta, la perderemos, por la continua necesidad de aprender por parte de los usuarios.
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