Convencer

Es muy complicado convencer a las personas. Cuando uno tiene una idea, piensa que es capaz de transmitirla y de hecho, lo explica con ganas, con la idea de que al otro lado, tiene una persona que le está escuchando y que comprende la idea y la va a aplicar. Pero de repente, cuando te llega la respuesta de tu interlocutor, te das cuenta que no ha entendido nada de lo que le has dicho, o mejor, no has sabido explicarte como es debido, lo que hace que hayas perdido el tiempo.

¿Hasta donde está el que te hayas explicado mal y el que no te haya entendido? En nuestra opinión, se trata más de convencer. Si tu idea convence, es muy probable que las personas te escuchen con atención, de manera que por muy mal que lo expliques, se entienda. Ahora bien, si tu idea, no tiene ni pies ni cabeza, para tus interlocutores, lo más probable, es que cuando empieces a hablar ellos empiecen a pensar en otras cosas, no prestándote la más mínima atención lo que hará que no entiendan nada y hagan lo que les parezca.

Quizá por eso, muchas de las veces que hablamos de los directivos de este país, el problema que tienen se reduzca a que no convencen y eso hace, que no sirva de mucho lo que nos cuenten y por tanto, los empleados no les hacen el más mínimo caso.