Cuando llega una edad, salir de fiesta es realmente duro. Esa dureza, es aún peor, sí la fiesta es obligada, ya que tienes que estar sí o sí y no te queda más remedio que pringar. El cuerpo no aguanta igual, necesitas un tiempo para recuperarte, que no tienes, ya que estás comprometido con la fiesta, obligada.
De todos modos, el que diga lo contrario miente, si estás liado en algo así, es porque te gusta y como dice el dicho: Sarna con gusto, no pica. Y es que, por mucho que nos quejemos de estar hasta las tantas, poniendo copas, por ejemplo, no debería importante, por tu compromiso con el evento.
Por eso, lo único que te queda es disfrutar lo máximo posible e intentar, que las ganas de apoyar el evento, te den las fuerzas necesarias para completar el compromiso.
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