En cualquier proyecto que conozcáis, seguro que os ha pasado, con tal de dar por buenas unas pruebas, se hacen, por decirlo de alguna manera, a trozos. Esta forma de probar, aunque válida, no es correcta, ya que es muy fácil, que en el puzzle en que has convertido las pruebas, te falte alguna pieza.
Las pruebas echas por partes, son válidas para entornos de desarrollo, mientras estás haciendo lo que sea, pero cuando pasamos a la realidad, las pruebas hay que hacerlas con el todo. Da igual que hablemos de un sistema informático o de un puente. De hecho, si de un puente, se prueba en construcción cada pieza y se da por buena, a lo mejor, cuando el puente está construido, si no se prueba otra vez, en cuanto se ponga en marcha, probablemente se caerá. En un proyecto informático sucede igual, si pruebas cada una de las piezas que lo componen, simulando al resto, quizá cuando lo montes todo, no llegan las cosas como simulaste.
Si nos centramos en la informática, que es lo nuestro, normalmente se tienen dos entornos, antes de poner el producto a disposición del usuario. Uno, donde se desarrolla, que es donde podemos probar a medias y otro, el de pruebas integradas, que es donde tenemos que simular, lo que hará luego el usuario. Pues bien, si en este entorno, volvemos a probar a medias, lo más probable, es que los usuarios, sean los que encuentren los fallos del software integrados.
Por lo tanto, si hacéis cualquier proyecto, probar cuanto antes el todo integrado, ya que haciéndolo de otra manera, no llevaremos al proyecto a buen puerto.
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