El tema que queremos tocar hoy, es bastante habitual. Tu estás trabajando en tus cosas, sin meterte con nadie y de repente, sin venir a cuento, te llega una convocatoria de reunión, con gente que conoces de oídas, sobre un tema, que lo conoces de lo mismo y además, resulta que eres el que va a aportar la opinión técnica. Normalmente, el remate de la faena lo hace que llega la convocatoria, con el tiempo justo a lo sumo el día antes.
¿Por qué lo llamamos reunión trampa? Pues muy sencillo, porque la reunión, te guste o no, vas a tener que mojarte (mucho o poco) y lo mismo el agua hierve y sales escaldado.
¿Qué hacer ante esta situación? A nosotros nos suele funcionar muy bien, ser políticamente incorrectos. Nos explicaremos, ya que no se trata de mandar a nadie a ningún sitio, simplemente, con el conocimiento que tenemos, no callarnos nada, preguntarlo todo y si es posible dejar mal al que nos ha liado, hacerlo. Quizá para esa reunión, te lleves una bronca y lo que quiera que se iba conseguir no se conseguirá, pero os aseguramos, que se pensarán muy mucho, enviarte a otra.
Seguramente alguno tendréis una sonrisa, porque os ha pasado, incluso, alguno ha aplicado nuestra técnica y desde ese día, vive como un rey, porque ya no le preparan líos de ese tipo.
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