Es curiosos, que en las empresas crean circuitos de validación para todo. Desde enviar un artículo a una revista, hasta crear la aplicación más compleja del mundo. Se supone que esos circuitos, lo que permiten es que cuando lo que sea que valide, llega al usuario final, no tenga errores.
Pues bien, por más sitios en los que hemos trabajado, como no revise el equipo de desarrollo (el que lo hace, vamos), cada paso de la validación, sus errores, llegarán al usuario final, con toda seguridad.
Nos hemos preguntado muchas veces, ¿por qué pasa esto? Y la respuesta siempre es unánime, porque la dirección sólo responsabiliza, realmente, del error, a desarrollo. Y siendo esto una realizad, el resto se relaja.
Por eso, siempre aconsejamos, que cuando se establece un circuito, cuando se pone una fecha, en definitiva, se haga lo que se haga, el rasero de medir, debe ser el mismo para todos. Así, si se pone un plazo a un proyecto de un mes y en calidad se invierten tres semanas, cuando se planificó una, será calidad la cargue con el peso del retraso. Y así con todos.
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