En las empresas, cada vez más, se estila el exigir para casi cualquier cosa, una fecha. Además no vale con decir que quieres algo, cuanto antes, ya que eso no define la entrega. Entonces te vuelves loco, pensando, qué día te interesa tenerlo, para darte un margen y que el que tiene que entregarte algo, tenga esa fecha como límite.
Todo esto, está muy bien. Pero claro, respetar una fecha es, poco más que imposible. Y aquí es donde, nosotros, no entendemos nada. Si tienes un proyecto, con una fecha fin, normalmente impuesta, como hemos dicho muchas veces, esa fecha fin, debería ser el objetivo de todos los implicados. Al no ser así y que cada uno maneje una fecha distinta, cada uno por su parte, asume retrasos, que se suele "comer", el responsable del proyecto global. Si además, tiene la mala suerte de tener que tratar con muchos departamentos, resulta que el retraso global, se multiplica en exceso.
Por eso, como ya hemos dicho en otras ocasiones, lo ideal, es tener una fecha fin del proyecto, la cual, tiene que cumplirse. En la planificación, habría que tener controlados a todos los participantes y apretarles, ya que si el proyecto se retrasa, hay que tener claro, quién ha sido responsable del mismo y no vale, cargar con ello al gestor del proyecto. Si calidad retrasa, hay que apretarle, si diseño retrasa, hay que apretarle, si programación retrasa, hay que apretarle, en definitiva, hay que apretar en cada uno de los hitos, en cuanto se detecte el retraso. Y para apretar, lo más sencillo, es dotar al responsable del proyecto, de esa fuerza, ante el resto de departamentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.