martes, 4 de junio de 2013

Y no se salvan muchos

Por culpa de cómo ven las empresas a los directivos, cada vez se salvan menos. De hecho, ya nos hemos llevado más de una decepción, cuando una persona a la que consideramos un técnico cualificado, que ha ascendido por méritos, por saber defender a su gente, en cuanto llega el momento, de torear en plazas mayores, se arruga y a echar mierda, para los de abajo. La imagen, muy vieja, que describe, a nuestro entender, perfectamente esto, es esta:


Y es que, por mucho que le demos vueltas, la cultura empresarial, en este país, es no contradecir al superior. Todo aquel que pone en duda a un superior, suele tener cortado, automáticamente, el ascenso. Con esto, obviamente, lo que se consigue, es tener una empresa, en la que, si los de arriba se cagan, los de abajo, se ponen de mierda hasta las cejas, como en el dibujo.

Soluciones, hay muchas, además sencillas de aplicar, pero nadie quiere, porque, lamentablemente, el poder, en parte, es tener a gente que nunca te diga que no. Por eso, si tienes un puesto de responsabilidad, debes ser humilde, escuchar y aceptar, que en muchas ocasiones, no tienes razón y quizá, si haces caso de lo que te dicen, todo funcionaría mucho mejor. Pero por desgracia, otro vería ahí una debilidad y te costaría el puesto, por lo que no lo haces, aunque falles. La solución, tener un regimiento de gente, buscándote escusas, para que tus superiores vean, lo bien que haces las cosas y lo inútiles que son los que tienes contigo.

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