Alguna vez hemos hablado de ello, pero no es malo recordarlo. En la consultoría tradicional, muchos de los consultores, suelen cambiar de gorro con facilidad, de manera que en muchos de los casos, se convierten en jueces y parte, lo que no es bueno.
Y no es bueno, porque no harán bien ninguno de los trabajos, ya que va a cobrar por ambos y como de uno, depende el otro y viceversa, tiene que relacionarlos, por lo que la información que aporten de un sitio la usará en el y la del otro en el uno, creando con ello, situaciones en que la decisión tomada no es la correcta, ya que no están pensando en el proyecto.
Pongamos por ejemplo, un consultor que es a la vez el responsable de elaborar una propuesta, para una empresa, de mejora de una carretera a su paso por un pueblo y a su vez, es el responsable, de asesorar al ayuntamiento del pueblo por donde debe pasar. Pues bien, si el mejor trazado para el pueblo, no es el que más rentabilidad a la empresa, intentará convencer al pueblo, que el mejor trazado es el que dé más dinero, aunque al pueblo lo parta por la mitad. Al final, los dos clientes le pagarán, ya que son muy hábiles para demostrar una cosa, o la contraria, pero si además, se su sueldo, en la empresa para la que elabora el estudio, depende del importe de la obra, habrá conseguido un mayor sueldo, aunque no fuese lo mejor para el pueblo.
En la consultoría, que nosotros defendemos, esto no puede pasar, ya que jamás un mismo consultor estaría en ambos bandos, ya que lo que es bueno es centrarse en un proyecto y hacer que funcione de la mejor forma posible. Pero, lamentablemente, de esto, hay poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.