Lamentablemente, en las mayoría de las empresas, la confianza en tus empleados, es algo que suele brillar por su ausencia. En parte, es normal, que confíes sólo en aquellos que te lo han demostrado y además, sean tan pocos, que los puedas contar con los dedos de una mano.
Hasta aquí, todo lo podemos entender, pero lo que ya no entendemos, es que te inviten a reuniones, en las que se supone, debes saber de lo que se habla y cuando hagas tu exposición, simplemente te ignoren o incluso, llamen a otro.
Aquí es donde la confianza, es la que manda y hablas, con el que te la da. Pero entonces, para qué invitas al que no te la da, acaso sólo pretendes dejarle mal delante de todos. De ser así, volvemos a la tónica habitual, que en el trabajo, lo que importa y los que ascienden, son los amigos y no los que valen para un puesto, de ahí, la cantidad de problemas que hay.
Para terminar, si realmente tienes un equipo y cuentas con él para que te saque de problemas, cuando los invites a una reunión, apuesta por ellos, no les dejes mal e intenta, en la medida de lo posible, hacer ver al resto, que lo que está diciendo, es lo correcto. De esa manera, además de conseguir que te dé más confianza, conseguirás que él te aprecie mucho más, y con ello, que el equipo funcione mejor.
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