Los directores que tiene una compañía, tienen que defender a capa y espada las directrices de la misma. Pero claro, cuando ellos, que las deberían estar sufriendo como todos, no lo hacen, la cosa cambia bastante. Y es que es muy fácil, exigir a otro, que haga, lo que tu no quieres hacer, ya que te cuesta, simplemente, dar la orden.
Por eso, nos gustaría oír de nuestros directores, que las directrices que monta la compañía, valen para poco y además, que sería necesario cambiarlas, ya que lo que ven, es que aportan poco, o nada, al negocio. Pero no, ellos, ya que ven su puesto en peligro, obligan a cumplirlas y las que les toque a ellos, que las cumpla otro.
En nuestra opinión, las empresas deberían hacer participar a sus empleados en todas las cosas que les afectan, de esa manera, lo más probable, es que las normas fuesen, en primer lugar, de uso común y en segundo lugar, consensuadas por todos. Por lo tanto, los propios empleados, las defenderían, en lugar de tener directores, que no creen en ellas, defendiéndolas.
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