Más cierres

Por una vez, vamos a exculpar al gobierno de alguna cosa. Y es que lo de Fagor y Panrico, imaginamos que cada una tendrá lo suyo, pero la base, probablemente, sea la misma. El 6 de octubre, en 5 días, publicaron una noticia, en la que explicaban el problema de Panrico. Como decimos, desconocemos si el de Fagor es similar, pero no nos extrañaría, viendo lo que sucede en muchas de las empresas en que trabajamos. Y es que, tener unas estructuras brutales, para unos ingresos, no tan brutales, te lleva a la ruina, de necesidad.

Como decimos, lo vemos a diario, departamentos que no sirven para nada, puestos duplicados, excesiva carga de empleados "que no aportan nada al negocio" y por supuesto, la estrella, directivos blindados. Hasta ahora, como había dinero, todo eso, mal que bien, se mantenía, pero amigo, cuando llega la crisis, no puedes apretar sólo el cinturón al trabajador, entre otras cosas, porque precisamente, el trabajador, es el que está pagando tu sueldo, tu infraestructura excesiva, tus coches, etc. Lo que se tiene que hacer, es recortar ese tipo de cosas, ya que son las que, realmente, no deberían existir nunca, pero mucho menos, en tiempos de crisis. Pero amigos, a lo bueno, nos acostumbramos rápido, pero no a los recortes, y total, si los que tienen menor rango lo aguantan todo.

Recordamos un jefe que tuvimos, que cuando su empresa (era el dueño) empezó a no funcionar, todo lo bien que deseaba, nos dijo, "esto me va a costar el Porsche", y efectivamente, vendió su coche y siguió adelante, manteniendo empleados, incluso, subiendo los sueldos, cosa que agradecimos. Lo que tenía claro esta persona, es que el Porsche, era un capricho que se podía permitir, pero a la hora de no poder permitírselo, fue el primero en renunciar al capricho, en favor de la empresa. Es lo que diferencia a los dueños de las empresas, de los trabajadores, vamos a decir, de alta alcurnia, esto es, los directivos.

Y pasa, lo que pasa, que llega un momento, que tanto capricho no se puede soportar y la empresa no tiene más remedio que cerrar, lo que se convierte en una tragedia para todos los que la integran, en especial, para los trabajadores, ya que ellos, probablemente, no han tenido la posibilidad de guardar dinero, llegado ese punto.

Así que, si eres dueño de una empresa, que empieza a ser grande, que no te nublen la vista con grandes costes en personal no productivo, probablemente no lo necesites. Escucha mucho a los que han estado a tu lado desde el principio, y quítate los caprichos, es la mejor manera de conseguir que la empresa funcione.