En las empresas que desarrollan tecnología, no se debería tener los equipos, permanentemente fiscalizados. Entendemos lo que nos dicen siempre, que una red de ordenadores tan grande, como la que conforma una empresa, no se puede manejar si cada cual, instala lo que le viene en gana en el equipo. Esa razón la podemos entender, para aquellos trabajadores que tienen que hacer siempre lo mismo y con las mismas herramientas. En cambio una empresa que desarrolla software, que además usa el público general y que ese público, en sus ordenadores tiene lo que le viene en gana, no puede dejar a sus desarrolladores, con equipos limitados y además, pretendiendo que resuelvan los problemas que tienen los clientes.
La verdad, es que es lo que se suele hacer, y quizá tengan razón, pero, en ese caso, la única manera de hacer que las cosas funcionen, es agilizar al extremo, la instalación de lo que pidan los técnicos, para poder valorar las incidencias que vayan saliendo. Sin esa eficaz instalación, al final, lo que tienes es, trabajadores descontentos, porque no pueden hacer bien su trabajo, clientes descontentos, porque tienen problemas y tardan en resolverlos y ambas cosas, llevan a tener una empresa, poco eficiente.
Pero como hemos dicho otras veces, el empleado al final, sólo le dejan la opción de pensar que la empresa no es suya, si le preguntan dará su opinión y si no, seguirá yendo a pasar el rato, mientras los clientes siguen descontentos, las cosas funcionan como funcionan y cada vez que abre la boca para quejarse de la situación, algún jefe le mira con los ojos fuera de las órbitas, porque va contra el sistema establecido. Y así nos va.
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