Cuando estás trabajando, en lo que sea, hay momentos en que tienes que tomar decisiones muy complicadas. De las más complicadas, son los despidos, ya que no sólo es dejar a alguien sin un trabajo, si no, que, como consecuencia, le dejas en una situación económica bastante precaria.
Pero las decisiones hay que tomarlas y cuando se hacen, se debe dejar de lado los sentimientos y pensar única y exclusivamente en el bien global. Con esto, no es que nos pongamos de parte de las empresas, pero lo que está claro es, que si en estos momentos, nos dejamos llevar por los sentimientos, puede ser una mala decisión para la empresa, que, con toda seguridad, traerá más despidos, hasta incluso, hacer desaparecer la empresa.
Por eso, a nosotros, nos impresiona lo alegremente que muchas empresas echan a sus empleados, en muchos casos, sin pararse a pensar en las consecuencias o si no había otra opción más favorable, que a la larga, permitiese dejar más empleos en activo.
Como decimos, son decisiones muy complicadas, que sólo pueden verse desde el punto de vista empresarial, con la idea de mantener el mayor número de puestos de trabajo y, como no puede ser de otra forma, manteniendo a la empresa saneada y con posibilidades de seguir adelante.
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