En el mundo laboral, hay momentos en que toca elegir, tienes que elegir si quieres ascender, tienes que elegir si quieres cambiarte de empresa, tienes que elegir si quieres cambiar de profesión, tienes que elegir si te quieres jubilar, en definitiva, tienes que elegir y de esa elección, dependerá bastante, lo que ocurra en tu futuro inmediato. El problema viene, cuando todas las posibilidades, son malas, o al menos, a ti, no te convencen. En ese momento, sólo te queda una opción y es jugar a la lotería y dejar que el resto elija por ti.
Esto ocurre, por lo que hemos hablado en muchas ocasiones, y es que a los empleados se les trata como recursos, además, recursos no especializados, lo que hace que valgan lo mismo para programar, que para dirigir, que para analizar o para hacer calceta y eso, no debería ser así. Con esta cultura empresarial, lo que se cargan es la especialización de las personas, que son las que hacen que las cosas funcionen. Cuanto más especializada esté una persona, mejor hará su trabajo, tanto en calidad como en rapidez, lo que se traduce en eficiencia, pero es algo, que a las empresa de hoy en día, parece importarles poco.
Así, que si te ves en la tesitura de elegir, y no tienes una posibilidad que te agrade más que el resto, déjate llevar o cambia radicalmente, no ya de trabajo, si no de vida, porque tal y cómo vamos en la sociedad, esto, tiene poca marcha atrás.
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