A la hora de tomar decisiones, no puedes basarte sólo en un aspecto de la decisión. Por poner un ejemplo, si tienes un equipo de trabajo, que tienes que recortar (por la razón que sea), no puedes basar tu decisión exclusivamente en el trabajo que te aporta cada uno, para prescindir del que menos trabajo te aporta. Como siempre decimos, hay que pensar en el equipo y para ello, el aspecto del trabajo es uno de los aspectos a valorar, pero no menos importante es el aspecto de lo que cada persona aporta al grupo y cómo el grupo puede reaccionar ante la falta de una, u otra persona.
Por eso, las decisiones de despidos, siempre son traumáticas, ya que, aunque no quieras, cada uno de los miembros de un equipo, aporta, y mucho, al global. Por eso, a la hora de prescindir de alguien, debes prescindir del que menos daño haga al global. De pensar sólo en el que más trabajo te saca adelante, para prescindir de él, pero por contra te crea muy mal ambiente y hace que el resto, no funcione bien, puede ser peor opción, que prescindir del que no saca tanto trabajo, pero al equipo lo mantiene unido y hace que funcionen como uno sólo.
En muchas ocasiones, por esta razón, creemos que es vital, hacer que el propio equipo sea el que decida quien tiene que salir, de manera que ninguno se vea menospreciado y, al final, sea el equipo el beneficiado.
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