Si vas conduciendo y a la vez mirando el paisaje, lo más probable es que tengas un accidente. Si estás cocinando y a la vez viendo la televisión, lo más probable es que te quemes. Y así podríamos poner miles de ejemplos, ya que si no estás a lo que estás, al final, lo harás mal.
Pues eso ocurre en las empresas, a principio de año. En la mayoría de ellas, ha alguna reestructuración, alguna jubilación, ampliaciones de negocio y ahí, es donde los directivos, están, a lo que no tienen que estar, que es a posicionarse, olvidándose de hacer, lo que tienen que hacer (aunque no lo hagan demasiado bien), que es dirigir.
Y ¿qué ocurre?, pues que aquellos que no han conseguido su objetivo de ascenso, vuelven a su trabajo, que llevan descuidando bastante tiempo y están las cosas, como están. Y no suele ser un problema de los que trabajan, ya que ellos elevaron los problemas a su director, que estaba a por uvas, en lugar de estar a lo que tenía que estar.
Esto, es una prueba más de los directivos que tenemos en España, sólo piensan en cómo hacer más dinero, más ascenso y su trabajo, realmente, les importa nada. El problema es que ya se está contagiando hacia abajo, y cada vez más gente, de la que realmente se deja la piel en el trabajo, viendo el panorama, va, hace sus horas (o no), y se va, dejando las cosas como estén, ya que nadie le valora y al final, todo da lo mismo.
Y así, no vamos a resurgir de la crisis, en la vida, pero es lo que nos toca.
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