Cuando se delega alguna tarea en alguien, tienes que asumir, que quien vaya, defienda lo que tú quieres, o bien, asumir las consecuencias.
Y es que, cuando defiendes algún tipo de interés, que sólo tú sabes las razones de hacerlo, tienes que saber, que a la hora de defenderlo, o bien vas tú a hacerlo, o en quien delegues, tienes que dejarle claro, lo que tiene que hacer, para no hacerte perder tu interés.
Sin embargo, en muchos casos, lo que se hace, es mandar al primero que se te pasa por la cabeza y claro, el va donde le mandas, con sus ideas y las cuenta, como él estima, lo que puede echar por tierra algo, por lo que llevas tiempo peleando.
Por eso, las delegaciones, que son muy buenas, porque te quitan trabajo y te permiten llegar a más sitios, debes hacerlas con cabeza. Y desde luego, lo que se debe hacer, es contar a tu equipo de trabajo, todo, de manera, que les hagas partícipes de las necesidades de la empresa, del departamento y como no, del equipo, así, teniendo todos claro lo que se defiende, obviamente, aunque delegues, sin explicar muchas cosas, probablemente, cualquiera tendrá claro, lo que tiene que defender.
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