Cuando un diseñador, se pone a hacer su trabajo, lo hace, casi siempre, sin pensar en cómo debe hacerse y eso está bien, porque su trabajo es hacer algo bonito y vendible. Pero claro, luego viene la segunda parte y es, poner ese diseño a disposición del usuario. Por poner un ejemplo, cuando se diseña un coche, luego hay que hacerlo, para que el usuario lo disfrute.
Y claro, en muchos de los casos, llevar a algo real un diseño en papel, puede hacer que el diseño, no funcione como debería y no sea agradable. Esto es, es muy bonito, pero no útil. Por eso, es por lo que se suele trabajar en equipo y por eso, es muy importante, que todos los que participan en un proyecto, estén implicados, desde el inicio, hasta el final. De esta manera, por seguir el ejemplo del coche, si cuando se construye, resulta que el coche hace ruidos, porque el diseño propuesto tiene un cristal enorme, y practicable, que no tiene solución, lo lógico, sería recurrir a los diseñadores, de manera, que evitando el ruido, el coche quede bonito.
Y cuando hay algún problema, en cualquier producto, muchos lo achacan aun fallos de diseño, cuando realmente, el fallo, es del equipo que lo ha desarrollado, porque no han trabajado como un equipo.
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