Cuando cuentas algo en público, ya sea mediante un blog, en una conferencia, en un curso, o lo que sea, tienes que intentar explicarlo todo, desde el principio. De no hacerlo, darás por hecho cosas que tú conoces, pero el que te presta atención, no tiene por qué y por lo tanto, lo que quieres transmitir, no llega correctamente a su destino.
A nosotros, nos lo han dicho en más de una entrada, que no llegamos a contar todo, por omitir partes que son sensiblemente importantes, para conocer la situación completa. Y la verdad es que es complicado, hacer comentarios, sobre todo cuando hay personas, empresas, situaciones, que prefieres omitir, por no entrar en detalles, pero que son importantes, para entender por completo lo que cuentas.
Y una vez más, cuando ocurre esto, la culpa es de la sociedad, ya que, en muchos casos, dar datos, te puede llevar a recibir demandas, o que tu puesto de trabajo se vea amenazado y, en los tiempos que corren, tiene poco sentido jugársela. Si la sociedad fuese transparente y todos fuésemos capaces de contar las cosas como las vemos, sin ningún miedo a represalias, seguro que a todos nos iría mucho mejor, ya que muchos de los que intentan aprovecharse del resto, se lo pensaría, no fuese que saliese en algún sitio quedando mal ante su entorno.
Deberíamos intentar ser siempre transparentes, pero es algo que, por desgracia, de momento, no es posible. Aún así, no perdemos la esperanza de tener esa transparencia, para empezar, en los que nos gobiernan, sabiendo, exactamente, dónde va el dinero que aportamos.
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