Las máquinas, hacen una serie de trabajos, que son repetitivos, por tanto, susceptibles de programar y cuando no hacen falta las desenchufas y no cuestan dinero.
Por el contrario, las personas, piensan, hacen trabajos, que no siempre son iguales, en cada situación, según diferentes variables, se hacen cosas distintas, cuando no necesitas a una persona, en un momento puntual, te cuesta lo mismo.
¿Por qué decimos esto? Muy sencillo, hoy en día, hay muchas empresas, empeñadas en tratar a las personas como máquinas, por lo que pretenden que, cuando no haya trabajo, se las pueda mandar a casa y llamarlas para que vengan, en el momento que se reactive.
Pero eso no suele ser posible, porque las personas, a diferencia de las máquinas, necesitan trabajar, para ganar dinero y con ello, vivir. Si despides a una persona, buscará otro trabajo y cuando te haga falta, lo más seguro es que no esté disponible.
Por eso, esta nueva moda, de despedir a la gente, en cuanto el trabajo escasea, aún cuando se espera que se reactive, es una auténtica locura. El coste de esa persona, en el periodo de bajón, es mucho menor, que el coste de necesitar a la persona y no poder tenerla.
Pensarlo, hacer números y plantearos volver a "lo de siempre", equipos bien formados, que lleven proyectos, os aseguramos, que su rentabilidad es muy superior a la de equipos que hacen de todo.
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