Nos ha pasado cientos de veces, pero no escarmentamos. Hablamos con un proveedor, para que haga lo que sea, nos dice que no hay problema, que lo controla todo y cuando llega el momento de la verdad, te reclama, para que le expliques con pelos y señales lo que tiene que hacer.
Y es que la gente, cada vez es menos seria. Los proveedores hacen obras interminables, te toman el pelo todo lo que quieren y eso sí, para cobrar, que se lo des rápido, que tienen que comer.
Por eso, siempre que podemos, cuando alguien, que no lo necesita, nos pide ayuda, simplemente, no se la damos, salvo que la orden llegue de más arriba, en cuyo caso, no nos quedará otro remedio. Pero por nosotros, con decir que tampoco sabemos cómo se hace algo, lo tenemos más que solucionado.
Así que, cuando busquéis un proveedor, intentar que tenga buenas referencias, ya que, de otro modo, os encontraréis con un producto a medio hacer y sin posibilidad de tenerlo en el tiempo estimado.
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