Pues sí, en esta época, la frase que da título a esta entrada, es más que habitual, cuando enviamos un correo a una persona, que está disfrutando de sus vacaciones. Pero, ¿realmente se queda alguien en ese lugar?
Nos ha ocurrido, enviar un correo a Pepe, y tiene activada la respuesta automática que nos contesta que está de vacaciones y que en su lugar se queda Juan, escribes a Juan y te vuelve a ocurrir lo mismo, diciendo que está de vacaciones y que en su ausencia, contactemos con María, no te rindes, escribes a María y te ocurre, de nuevo, lo mismo, diciendo que está de vacaciones y que en su ausencia, contactemos con ¡Pepe!, círculo cerrado, los tres de vacaciones y tú, con el problema, sin vistas de resolución.
Por lo tanto, si tenéis la suerte, en primer lugar de tener trabajo y en segundo lugar de tener vacaciones, si dejáis a alguien a cargo de vuestras cosas, que se de verdad, y no ocurra lo que os hemos contado. En nuestro equipo, tenemos un buzón de todo el equipo, por lo que cuando uno se va de vacaciones, deja el correo del equipo, para que, el que lo desconozca, escriba. De esta forma, aunque algún otro miembro esté de vacaciones, alguno quedará, para hacerse cargo del problema.
Por otro lado, cuando se tiene un buzón, puedes descargar mucha carga de correo en él. Nosotros intentamos que escriba todo el que pueda allí, de manera que no se personalicen los temas, y no existan dependencias de personas, al menos, de cara al exterior. Y para conseguir este fin, el usar la respuesta automática de correo, informando del buzón, es perfecto.
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