Cuando se va a lanzar un proyecto, es lamentable ver, como se va perdiendo el tiempo. Primero, los que necesitan el proyecto, empiezan a dilatarlo, porque no lo ven claro, porque no saben si tienen presupuesto, porque no tienen proveedores, en definitiva, en análisis de la necesidad. Luego, se pasa a la fase de adjudicación del mismo, entonces se ve quien lo va a hacer, quien lo va a dirigir, cuanto va a costar al final. Para, por último empezar el proyecto.
En esta segunda parte, la empresa (o departamento) que va a realizar el proyecto, se reúne con el usuario, ve sus necesidades y pierde todo el tiempo del mundo, en ver qué es lo que necesita. A partir de ahí, empieza a hacer documentación, a esperar que la apruebe el usuario, a elaborar un plan de trabajo, a poner fechas. En definitiva, a perder más tiempo.
Por último, toca construir, en ese punto, se pasa la documentación a los que realmente hacen realidad el proyecto y se empieza a generar entregas, para que el usuario vaya validando cada una de ellas, de manera que lo que vaya acabándose, sea lo que se quiere.
Una vez acabado todo, el proyecto está terminado y todos disfrutan del resultado.
Pero claro, esta maravillosa película, no tiene un tiempo indefinido para hacerse, de hecho, todo el tiempo que se comen en pensar, diseñar y documentar, es tiempo, que parece que no pasa, porque le dan, en nuestra opinión, excesiva importancia. Y por otro lado, en muchos casos, los primeros que gastan tiempo en hacer nada, ponen una fecha fin del proyecto, por lo que ocurre lo inevitable, que todo el tiempo desperdiciado en hacer nada real, es tiempo que tienen que recuperar lo que sí hacen algo real. ¿Y qué ocurre? Pues que en la pirámide de los sueldos, el que menos cobra, porque se supone que le dan todo hecho, es el que, al final, trabaja de sol a sol, fines de semana incluidos, y si las cosas no están hechas, la responsabilidad es suya.
Creemos que hacer las cosas así, realmente es empezar la casa por el tejado, ya que está bien hacer una planificación y un estudio, pero tiene que ser muy liviano, para poder, cuanto antes, empezar a ver realidades, que seguro que modificarán tanto la planificación como el estudio. Cuanto menos cerrado sea esa planificación y ese estudio, mejor saldrá un proyecto, que nace, en su origen, con los tiempos muy ajustados. Obviamente, si el tiempo no es lo que te preocupa, es cierto que lo mejor es dejarlo todo bien atado desde el principio y así, encontrarse menos sorpresas al final. Pero, por desgracia, pocas veces dispones de ese tiempo, casi infinito.
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