La organización infinita

Quizá no tanto como decimos en el título, pero, últimamente, en muchas organizaciones, con la manía de sacar fuera los trabajos, ocurre como cuando te haces una foto con un espejo delante y otro detrás, que creas una estructura infinita.

Vamos a explicarlo, porque así dicho, no se entiende. En un proyecto, tienes a un jefe de proyecto, un analista y la parte de construcción, decides sacarla a una empresa externa, porque así obtienes un precio cerrado, que te ahorrará costes. En la empresa que contratas, como no vas a tratar con los programadores directamente, por norma general, pondrán a otro jefe de proyecto, que será el que reporte su trabajo a los que les han contratado y ya que están, tendrán sus analistas, para dar el trabajo mascado a los programadores (o a otra tercera empresa), en muchos casos, esto pasa varias veces, teniendo redundante la jefatura de proyecto y el análisis en varias capas, dando como resultado, un teléfono escacharrado, que, al final, cuando llega a quien realmente necesita lo que se esté haciendo, se parecerá poco (o nada), a lo que pidió.

Por eso, somos muy insistentes en volver a los modelos que funcionaban y que han demostrado, sobradamente, que la tecnología avanza, si las cosas las llevan equipos completos, que conozcan la necesidad y que sepan entender al cliente. Como empieces a desperdigar la información, las cosas no saldrán bien.

Pero los equipos, ya no están de moda, es mucho mejo, llenarlo todo de gestores, que, al final, no gestionan nada, sólo saben hacer reuniones de seguimiento, pero no son capaces de saber, en qué punto está un proyecto y si le queda mucho para terminar, o poco, porque donde realmente se construye, le queda tan lejos, que es incapaz de valorar el grado de avance.

Sinceramente, mirar vuestras empresas y, si notáis que algo así ocurre, buscar la manera de atajarlo, porque no parará de crecer y, al final, llegará un momento, en que os costará más el collar que el perro y simplemente, pasaréis de ser constructores y ahorrar dinero, a ser compradores de productos terminados y perder dinero.