Cuando en un proyecto, los plazos van muy apretados y la dirección del mismo, no quiere relajarlos, al final, el proyecto llega a su fin, como decimos en el título, de cualquier manera. y de cualquier manera, no es la manera de hacer nada, porque, lo normal, es que no funcione y al final, el enfado de los superiores y, por supuesto, del cliente, será mayor.
Una vez ha ocurrido el desastre, los superiores y el cliente, estarán deseando buscar un culpable, al que cortar la cabeza, sin caer, como no puede ser otra forma, en que los únicos responsables del fracaso, son ellos y su desmesurada presión para sacar adelante, un proyecto, que sabían desde el principio, que iba a fracasar.
Y llegados a este punto, es donde volvemos a recordar lo mala que es la dirección en las empresas, ya que esos cargos de responsabilidad, a los que llegan pocos, los que llegan son los peores, que han llegado a base de no cumplir cosas, quedando ellos como víctimas de un engaño y dejando tras de sí, un rastro de profesionales, que intentaron hacer algo que él prometió, a sabiendas que no iba a salir.
Si en tu empresa tienes más de un directivo de este tipo, obsérvalos, verás como siempre, son las víctimas y ellos siempre ha llevado el proyecto sobre raíles hasta que el último día, se da cuenta que le han engañado, una pena.
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