En los proyectos, ya hemos comentado alguna vez, que siempre, cuando una de las partes del mismo va mal, suele intentar echar balones fuera, intentando que sean los otros integrantes del proyecto, los causantes de los problemas. Para ello, en las reuniones y donde quieran escucharles, aprietan siempre a la parte contraria, intentando que se vea que son culpables de la situación. Pero claro, como decimos en el título, hay que hacerlo con mimo, ya que de hacerlo mal, puede que al que el den el abrazo del oso, sea a uno mismo.
Y es que, para apretar a una de las partes, la que aprieta tiene que tener la absoluta convicción de que su parte está perfecta, ya que, de no ser así, puede que de repente, el retraso del proyecto, que achacas al vecino, porque tú ya has entregado tu parte y en cuanto se instale, estará perfecto, se vuelva contra ti, por no estar perfecta. Si el contrario, tiene clara la jugada, te dejará que vayas como un kamikaze, a por él, porque cuando se instalen ambas partes, está seguro que la suya funcionará y te dejará en evidencia.
Así que, como hemos dicho, cuando eches mierda al vecino, asegúrate que no es posible que te vuelva, porque si no, acabarás enterrado en ella.
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