En muchas empresas, a algunos departamentos, les dan la varita de la coordinación, pero no les dan el poder sobre el resto. Es algo que hemos contado alguna vez, pero, como recientemente nos ha vuelto a ocurrir un caso, nos apetecía contarlo.
Para entenderlo bien, os contaremos lo que ha ocurrido. Estamos en un proyecto en el que coordinamos a tres áreas, cada una con sus tareas, pero que se afectan entre ellas. Pues bien, una de las áreas, necesitaba un recurso de la otra, por lo que, al no poder pedírselo directamente, nos la solicita, como coordinadores que somos. Cuando conseguimos el recurso y nos confirman que es así, se lo entregamos a quien lo solicitó, que, a su vez, tramitó la implantación del mismo. Y nuestra sorpresa fue enorme, cuando por fin se implanta el recurso, da error. Obviamente, nos piden explicaciones y nosotros al área que nos dio el recurso, que alega, que efectivamente, el que nos dieron, no era válido, después de exigir que lo revisasen, ya que nos parecía que no era el correcto.
Un fallo, lo puede tener cualquiera, pero si ese fallo, se comete, a sabiendas, que es lo que ocurrió, la cosa cambia. Y claro, como coordinadores, no tenemos poder sobre ninguna de las áreas, por lo que no puedes quejarte, e incluso exigir responsabilidades, más allá del pataleo. Por eso, no te toman en serio y te entrega, siempre, lo primero que encuentran.
Por eso, si en tu empresa, le das una responsabilidad a alguien, asegúrate que todo el que tenga que rendir cuentas, tenga claro que lo que él diga, tiene que hacerse sí o sí, de otro modo, al final, no será capaz de coordinar nada.
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