Cuando en la empresa, se renueva un alto cargo, lo normal es que llegue con muchas ganas de renovarlo todo, de darle su "toque personal", pero poco a poco, salvo que, de verdad, le den poder para hacerlo, esas ganas se acaban y sigue siendo, poco más que su predecesor en el cargo.
¿Por qué sucede esto? Muy sencillo, el que tiene por encima, no va a dejar que se desestabilice lo que ya tiene, por eso, cambia de director, porque en los cargos, la gente se acomoda y deja de servir para lo que sirve, por lo que es necesaria esa rotación, con la alegría del cambio y posterior desengaño, para al final, volver a cambiar.
Y así nos pasa, que por más cambios que se hagan en el sistema de una empresa, siempre funciona de la misma manera, haciendo las cosas, tirando a mal, y eligiendo responsables de alto nivel sin ningún poder, que lo único que hacen es esperar a que les encomienden otro destino, esperando, que, en alguno de ellos, tenga poder para cambiar las cosas, pero ese momento, será tarde, para cambiarlo.
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