Exactamente, eso es lo que hace mucha gente, tanto en la vida laboral como en la personal. Y es que, si alguien piensa que algo no está bien hecho, entendemos que deba decirlo, pero lo que no entendemos y, por supuesto, no compartimos, es que no venga con una idea realista, para solventar el error.
Y es que, opinar sin aportar nada está muy bien, ya que puedes decir lo que quieras, sin miedo a equivocarte, ya que tú lo dices, el resto hace lo que creen que es mejor y, en caso de salir bien, te quedas callado, ahora bien, si sale mal, ya estará listo para gritar a los cuatro vientos un "¡TE LO DIJE!".
Y no hay nada peor, que alguien que, sin ayudar, sólo busca el error del vecino, para sacar partido de él. Cuando veas que alguien está haciendo algo mal, mira primero si tienes una mejor forma de hacerlo, en cuyo caso, podrás corregir el error y que aplique tu solución. Si se ve que tu solución no es viable y te demuestra que, aunque mal hecho, es la única forma de hacerlo, agradécele la charla y vete por donde has venido.
Criticar permanentemente, sin intención de aportar ideas, es lo peor que puede ocurrir, sobre todo, si ocurre en un equipo de trabajo, porque, seguramente, no lleve a buen puerto, el proyecto que estén realizando.
Critica y aporta soluciones, que seguro, serán debatidas, aplicando la mejor en cada caso.
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